Primera publicación del año y es que lo bueno se hace esperar. En 2015 tuve el inmenso placer de fotografiar la boda de Vero y Franklin. Dos años después tuvieron la gran fortuna de tener a su primer hijo, Gael. Como no, gracias chic@s, Vero me llamo para que les hiciera una sesión con el pequeño. Y así fue, un rato agradable entre caras conocidas, en el que pude comprobar como se les cae la baba con Gael. Bueno, con Gael y su pelazo porque tiene una melena que da gusto verla.
Dejo aquí la siguiente reflexión personal; el primer hij@ es una experiencia única e irrepetible. Pasa y no vuelve, porque es en este momento cuando siendo ya una mujer/hombre adulto te das cuenta de lo que realmente es amar a otro ser humano. Cuando digo amar. Digo AMAR. Una lección única que te ofrece la vida para crecer como persona. Para valorar esas cosas sencillas que hacen que la vida se mas vida. No solo te hace mirar el futuro sino que te obliga, de alguna manera, a echar la vista atrás. Y esa mirada, hace que tus padres vuelvan a ese nivel dios del que le quitaste en la adolescencia. Porque ser padre no es fácil. Es bonito. Es duro. Es gratificante. Es cansado. Es guay como diría Fede. Pero no es fácil. Lo hacemos lo mejor que podemos y lo mejor que nos dejan, bajo la atenta mirada de una personilla que te ha ascendido al nivel dios sin comerlo ni beberlo. Y nos bajara. Y cuando le toque a el o ella nos volverá a ascender.
Vero y Franklin lo vais a hacer genial. Felicidades Gael por haber caído en una familia como la tuya!!
Feliz Miercoles y que la fuerza os acompañe!!