Hay historias que están escritas por el destino. Para los escépticos todo se reduce a probabilidades. Para los románticos las cosas pasan porque tienen que pasar, porque ya están escritas. Una historia de este estilo es la de Aide y Pablo. Se tuvieron que dar tantas circustancias extraordinarias en las vidas de ambos solo para encontrarse que cualquiera hubiera apostado toda su fortuna en contra de ellos. Miles de kilómetros, un océano de por medio, etc, etc... Y el resultado es una pareja que se ama con mayúsculas y Diego. La vida no se puede planear, no se puede organizar, ni prever. La vida esta para vivirla, disfrutarla y sentirla, que es lo que hacen Aide y Pablo desde que se conocieron. Me gusta pensar que, mi "sobrino", Diego es fruto de ese caos tan bello que puso todo patas arriba para que sus padres se conocieran, se enamoraran y, ahora, vayan a comenzar una de las etapas mas felices, disfrutonas, plenas que hay en la vida. Felicidades chicxs!!
Abrazos y besos,
Alejandro Almeida.